–Buenas tardes. Vi el letrero, y me gustaría saber qué significa.
–Le explico: básicamente nos dedicamos a frustrar.
–¿Y cómo es eso?
–Bueno, alguien viene con una expectativa determinada, y nosotros, en lugar de responder como se espera, hacemos todo lo contrario.
–No entiendo… ¿Me podría dar un ejemplo?
–Imagine, por caso, que usted nos muestra una imagen conmovedora. ¿Qué esperaría? ¿Que nos emocionemos, no es verdad?
–Mmm… sí… supongo que algo así.
–Ahí está. Nosotros le respondemos con una sonrisa irónica. Y usted se queda sin entender nada, porque su imagen era claramente conmovedora, y eso nos consta. Pero nuestra función es frustrarlo.
–Y, ¿por qué querría alguien contratar los servicios de ustedes?
–Mire, las cosas no son tan simples, dos más dos cuatro, ocho por cinco cuarenta, no. Sucede que, cada tanto, cuando usted ya se había acostumbrado a nuestras respuestas (o a nuestros silencios), hacemos un gesto inesperado, capaz de producir efectos ¿cómo le diría?, mágicos.
–Aaah… bueno, está bien, entonces, ¿cuándo empezamos?
–No, ya está. Eso es todo.
4 comentarios:
En cada comentario, en cada cuento, seguis demostrando inteligencia y que bien decis las cosas! Con naturalidad, simpleza, y con humor.
Felicitaciones amiga, me encanta tu blog.
Gracias, Adri, no sé si merezco todo eso pero me viene bien.
Muy bueno, Luisa. Gracias.
A vos, Eduardo.
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