viernes, 28 de marzo de 2008

Como se debe

Lleva una doble vida. De día trabaja para mantener a su familia en una actividad creativa pero agotadora, ganándose hasta el último centavo. Paga los impuestos, ayuda a su mujer con las tareas de la casa, participa activamente en la educación y el cuidado de los hijos. Todas estas conductas le ganan el repudio de la sociedad. De noche, en cambio, da rienda suelta a sus impulsos más hostiles y salvajes. Se emborracha, comete todas las infracciones que puede, insulta a cuanto ciudadano se le cruza, inicia pleitos. De este modo recupera un poco de la estima que todo el mundo espera de sus congéneres, y puede, por fin, irse a dormir en paz, con la conciencia tranquila.

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