martes, 11 de marzo de 2008

Utilidad

A menos que se trate de una actividad con rédito económico, nunca se debe intentar explicar la utilidad de algo que nos gusta hacer. Es inútil, jamás vamos a encontrar las palabras adecuadas, y todos los intentos que hagamos nos van a dejar insatisfechos, por no decir frustrados, con la sensación de que no hemos logrado transmitir la esencia de la cuestión. Es más: es probable que nos deje la impresión de haber dejado mal parado aquello que provoca nuestro entusiasmo, el cual –nos parece ahora– es bastante difícil de entender para la persona que acaba de interrogarnos.

Mi amigo Sergio me preguntó para qué sirve un blog.

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