jueves, 23 de agosto de 2012

Puntualidad

A ver si se entiende de una vez: puntual y puntualmente no son sinónimos de concreto, específico o particular. Puntual quiere decir “a tiempo”. Algo sucede puntualmente cuando se produce en el momento esperado. Alguien es puntual cuando aparece a la hora pactada.

Un hecho aislado es un hecho aislado, no un hecho puntual. Un caso concreto es un caso concreto, no un caso puntual. Específico es específico, no puntual. Particularmente no es puntualmente.

No sé de dónde salió esta moda, pero cada vez hay más locutores, políticos, actores y todo tipo de “comunicadores” que, apenas tienen un micrófono delante, usan palabras equivocadas con una frecuencia pasmosa, y están enseñándole a más de una generación a hablar mal. Es como si tuvieran un vocabulario tan limitado que mientras hablan van buscando la palabra comodín, y siempre, siempre, tropiezan con estas dos; y ahí se mandan. Puntual, puntualmente.

jueves, 16 de agosto de 2012

Enumeración

No pongo en duda los pájaros, las lupas, las pesadillas, la belleza de un fado, el olor de la muerte, la fuerza de los ríos, el sabor de la pimienta, la música de las palabras, el papel, la tibieza del líquido amniótico, las cenizas, el color azul, las voces amigas, los trenes, el polvo de las bibliotecas, el dolor, la oscuridad luminosa del cine, la risa involuntaria, las canas, el balanceo de las hamacas, el llanto de los perros abandonados, el mareo del vino, la caída de las hojas, la arena, la vergüenza, el abuso de la geometría, la puntualidad del verano, el aburrimiento, los fósiles, las heridas, el eco de los precipicios, la espera, el encandilamiento del sol, la soledad de la palabra asilo, el ocio, la lealtad de las agujas de tejer, el exilio, los abrazos, la limitación de las ventanas, el ocaso del lenguaje, la tenacidad de los puentes, la entropía, el calor de los aquelarres, la gracia de los lápices, la tristeza de las campanas, la memoria de las abejas, el frío, la solemnidad de las paredes, el olvido, la electricidad de una caricia, la gratitud, las espinas, las cadenas rotas, los manteles doblados, el aire espeso, la lluvia interminable, las sillas vacías.

Por todo lo demás, no pongo las manos en el fuego.