jueves, 27 de marzo de 2008

Podría ser el que está a tu lado

Para ganarse la vida mientras seguía desarrollándose como el gran músico y compositor que llegó a ser, Dvorak (1841 - 1904) tocaba el violín en una pequeña orquesta de baile. Como él, muchos de los que luego fueron prestigiosos artistas, algunos geniales, tuvieron esos comienzos humildes, ocupando espacios en tareas para las que no era necesaria ni la mitad del talento que tenían. Algunos, por otro lado, seguramente nunca llegaron a tener fama ni prestigio, aunque sí la chispa de genialidad necesaria. Imagino que esto sigue y seguirá ocurriendo, y es así como todos podemos darnos el lujo de tener a nuestro lado, en el tren o en el ascensor, codeándonos con ellos como si fueran del montón, a personas que deberían ser extraordinariamente notables y reconocidas por todo el mundo.

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