miércoles, 12 de marzo de 2008

Variable interviniente

Entran al bar. Visten traje y corbata, y se nota que, si pudieran, eligirían bermudas y remera. Están, por supuesto, excedidos de peso; tienen papada y la frente es, como quien dice, mucho más ancha que lo que solía ser. Alguna vez fueron delgados y fibrosos, les brillaban los ojos y se movían como gatos monteses. Ahora caminan con calma, señalan una mesa, se sientan en cámara lenta. Los hombros caídos, redondeados por la lucha desigual entre el músculo y el tejido adiposo. Los ojos bordeados de pliegues en varias direcciones. Hablan. Mueven las manos como si les pesaran tres kilos cada una. Tosen. Me dan mucha ternura.