Cuando el reloj de pared se detuvo, se le ocurrió que si lo dejaba así, en una de ésas podría llegar a detener el tiempo. Ése no era el único reloj que había en la casa: tuvo que quitarle las pilas al de su mesa de noche y también al que llevaba en la muñeca. Pero las manzanas en la frutera comenzaron a ponerse marrones, y las margaritas que había dispuesto amorosamente en un jarro sobre la mesa de la sala se marchitaron por completo, porque nunca supo cómo detener el mecanismo que marcaba la hora en el horno a microondas.
2 comentarios:
Exacto, no me habia dado cuenta todavia, que facil era, solo sacar el enchufe. Y crei entonces, que estaba detenido el tiempo, pero... me habia olvidado del telefono, el cual inexorable sono, y una voz alegre, desde el otro extremo, dijo : Feliz Cumpleaños !!!!!
¿Hoy es tu cumpleaños? ¡Felicidades, Alberto!
Publicar un comentario