sábado, 5 de abril de 2008

Obsolescencia

Quiso jugar al solitario con cartas de verdad, pero el mazo era tan viejo que la sota no podía más con su artritis, el rey padecía de incontinencia urinaria, la reina no sabía ni dónde estaba, el dos de oros necesitaba anteojos y el as de espadas era sólo un hierro oxidado que ya no imponía respeto a nadie.

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