No sé si alguna vez llegaremos a esa situación, pero hoy nuestras costumbres con respecto al descarte de materiales son muy diferentes a lo que se puede ver en las películas norteamericanas. Dejando de lado el lamentable desperdicio de alimentos originado por el paro de los ruralistas suspendido ayer, en la gran mayoría de los hogares argentinos se economiza y, para usar un término muy contemporáneo, se recicla. Se usan más paños y repasadores de tela que papel de cocina: no me imagino a una mamá argentina usando metros y metros de papel para limpiar un moquito de bebé que cayó al suelo, por ejemplo. Las bolsas del supermercado se guardan para ser reutilizadas, muchas veces para la basura. La mayor parte de la gente prefiere envases de gaseosa grandes. Yo lavo hasta las bolsitas ziploc, y hace poco descubrí que no era la única. Y todavía no cambié las lamparitas incadescentes por las de bajo consumo, pero ya lo voy a hacer. Así que, a mí no me miren.
* Frase antológica pronunciada por el personaje de Leonor Manso en la película argentina Made in Lanús, mientras su hombre, interpretado por el actor chileno Patricio Contreras, despotrica contra el auto desvencijado de ambos.
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