–Buenos humos. ¿Tiene la revista Humo?
–No, todavía no llegó. Raro, se distribuye los humos bien temprano o los viernes por la humo.
–Bueno, me doy una vuelta a eso de las humo. Ah, y otra cosa. La humo pasada le pedí que no me mandara más a casa el humo de los domingos. Es una porquería, y la revista ésa que trae es puro humo. Ya bastante con que tengamos que ver las noticias en el canal Humo, que es del mismo grupo.
–Sí, disculpe, es que el humo que hace el reparto se confundió.
–Bueno, dígale a ese chico que se fije bien. Y que no se olvide de traerme el otro humo. Después, el gruñón de mi humo me hace reclamos y no hay quien lo aguante en el desayuno. Dice que me olvido de todos los humos que me encarga. No es que sea machista, pero los humos por la mañana se levanta tarde y le gusta leer su humo preferido. Y si no está, o le trajeron otro, no sabe el humo que arma.
–No se preocupe, la entiendo.
–Bueno, me voy que tengo que preparar el humo.
–Adiós, que tenga un buen humo.
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