viernes, 9 de mayo de 2008

Disfraz

Hay algo sobre nuestras cabezas. No es la nave nodriza de los invasores extraterrestres, no. Es algo más difuso, casi diría que es apenas un color. Menos que eso: una tonalidad. Tampoco es humo, aunque todavía se siente un poco de olor, sobre todo por las mañanas. Los meteorólogos dicen que son las cenizas volcánicas que vienen del sur, y que están a más de tres mil metros de altura. Yo, en cambio, creo que eso (lo que sea) está más cerca. Mucho más cerca. Y no sólo está encima de nosotros, sino a nuestro alrededor, y en muchos, muchísimos casos, adentro. No es fácil verlo, porque asume diversas máscaras. Pero hay momentos, ah, hay momentos en que se muestra tan claramente que duele. Uno de sus nombres es intolerancia.

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