jueves, 22 de mayo de 2008

Buenos negocios

Últimamente, esto se está pareciendo a un diario íntimo. Creo que no me queda espacio en el cerebro para otra cosa. Tengo que irme de esta casa y todavía no conseguí lo que quiero, así que los muebles irán por un lado (todavía no sé adónde) y yo por otro, de huésped. Lo bueno es que descubrí que hay mucha gente que me quiere. Porque convengamos en que no es lo mismo invitar a alguien a tomar un café, o a cenar, que invitarlo a vivir en tu casa; y yo ya tengo seis ofrecimientos. Parece, nomás, que tener buenos vínculos es, lejos, el mejor negocio.

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