Ese dolor en el costado, cerca de las vértebras lumbares, que se sostiene con la tozudez de una verdad absoluta. Ese dolor agudo, no fuerte, no insoportable, pero sí capaz de invadir los pensamientos más inocuos. Ese dolor adormecido, asustado, viejo, sordo, cerrado, altivo, tacaño, endurecido, inútil, gastado, obsesivo, impermeable, tozudo, que se impone con la fuerza de la necedad.
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