viernes, 5 de septiembre de 2008

Anhelo

Y después, cuando todos se reúnen alrededor del fuego y empiezan una vez más las conversaciones de siempre, los temas que ha escuchado hasta el cansancio, y soportado, y sufrido hasta el cansancio, no pierde las esperanzas de que alguna vez, en algún tiempo lejano, puedan hablar de algo distinto, algo que no tenga que ver con la nostalgia, ni con las quejas, ni con el enojo, ni con el aburrimiento, ni con la envidia, ni con el hambre, ni con el resentimiento, sino de algo que, en lugar de hacer languidecer la noche por sobre sus cabezas, en lugar de adormecer el deseo, en lugar de enfriar el tiempo hasta el desmayo, avive las llamas y alimente el fuego.

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