martes, 16 de noviembre de 2010

Sepamos distinguir

La diferencia entre un psicótico y un psicópata es el manejo de la realidad. Un psicótico vive una realidad propia, delirante, creyendo que es la única que existe. Oye voces que los demás no podemos oír, ve cosas que no están ahí. Un psicópata no. El psicópata hace todo lo posible para que la realidad se acomode a sus necesidades sin el inconveniente que podrían presentar algunos sentimientos como la culpa, por ejemplo, ya que no puede sentirla. El psicótico corre peligro de hacerse daño a sí mismo. El psicópata es muy hábil haciendo daño a los demás, y no le importan las consecuencias. El psicótico sufre una angustia muy difícil de paliar y tiene miedo de ser atacado. El psicópata usa a los que tiene cerca para atacar. Puede amenazar a un colega con denunciarlo por corrupción en el canal de noticias más poderoso si sospecha que ese colega –pongamos, por caso, un diputado– está por hacer algo que podría favorecer al gobierno nacional, con quien mantiene, por ahora de palabra y gestos, una guerra sangrienta. He trabajado con psicóticos, he convivido largas horas con ellos en instituciones de salud, y nunca les tuve miedo. En cambio, tengo miedo de los psicópatas.

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