lunes, 17 de mayo de 2010

Mi pie izquierdo

Si la miro de lejos parece una bota de astronauta. Está sobre la mesa, esperando el momento de pisar la luna. No sabe que el suelo que espera ser hollado por ella es por completo terrenal. Yo no sé cómo será caminar con eso puesto en mi pie recién cosido y vendado, cuando salga del sanatorio. Tal vez camine como un astronauta, despacio y raro. Lo que sí espero es que, cuando haya pasado un tiempo, y si todo sale bien, me sea posible caminar como una persona normal, sin esa molestia que tengo desde hace años, que se llama Hallux Valgux y que las malas lenguas, de puro malintencionadas, sostienen que es un juanete.

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