La puerta no es mi puerta. Las paredes no son mis paredes. La mesa no es mi mesa. La cocina no es mi cocina. Los platos no son mis platos. La ventana no es mi ventana. La heladera no es mi heladera. El televisor no es mi televisor. El baño no es mi baño. El techo no es mi techo. Las llaves no son mis llaves. La calle no es mi calle. Pero la vida, para bien o para mal, sigue siendo mi vida.
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