jueves, 12 de junio de 2008

Estados alterados

“Escribí tangencialmente”, me dice Eduardo. Me siento frente a la computadora y miro de costado (puedo escribir sin mirar): veo una biblioteca desarmada. Entonces giro la cabeza para el otro costado. Cajas. Trato de no mirarlas de frente, ya que la idea es actuar en forma tangencial. Casi estoy a punto de obtener una visión nublada, como borrosa, de las cajas. Las cajas se transforman en un paisaje abstracto. Me concentro en el paisaje abstracto. Hay manchas negras, verdes y azules, pero predomina el marrón claro, color madera. También hay algunos brillos. Me cuesta mirar así, desenfocando, así que aparto la mirada apenas me doy cuenta de que los brillos provienen de la cinta de embalar. No hay caso, Eduardo, no me puedo escapar por la tangente.

2 comentarios:

Eduardo Abel Gimenez dijo...

Tenés que comprar cinta de embalar mate, así no te distraen los brillos...

La otra manera de escribir tangencialmente es el mar sonaba de lejos como un repertorio de canciones olvidadas, y me dieron ganas de tararearlas todas.

Je, el poder de la improvisación. :)

Annie dijo...

No permitas que un cambio de escenario te venza.
No son más que unas cajas molestándote el paso, unos cuadros menos en las paredes y algunos muebles que ya no estarán y que de todos modos no usabas.
Sos vos, tus vivencias, tus recuerdos y tus objetos más queridos los que formarán tu nuevo hogar no matter where.
Y ya que estás, podés hacer limpieza de recuerdos y llevarte solamente los buenos!!!!!!!!!!