sábado, 28 de febrero de 2009
Primer aniversario
Nacer el último día de febrero de un año bisiesto tiene sus inconvenientes. Sólo se puede celebrar el aniversario exacto cada cuatro años, por ejemplo. Este blog empezó el 29 de febrero del año bisiesto 2008, y mañana debería cumplir un año; pero mañana es primero de marzo. Así que lo tengo un poco desconcertado, arqueando el lomo para ver si recibe alguna caricia y dando vueltas por ahí, tratando de festejar un cumpleaños definitivamente imposible. A quién se le ocurre parir en año bisiesto.
viernes, 27 de febrero de 2009
El estado somos nosotros
Resulta que en la Argentina no hubo un presidente más hábil a la hora de llenarse los bolsillos que el gran privatizador Carlos Menem. De él no se puede decir que se haya enriquecido agrandando el estado, exactamente: más bien se dedicó a los negocios privados. Y resulta que ahora, que tenemos un gobierno dispuesto a darle un papel más preponderante al estado, se lo acusa de querer robarse el dinero de los contribuyentes, como si los billetes provenientes de las AFJP o de una hipotética estatización de las exportaciones los fuera a usar Cristina Fernández para comprarse zapatos. A este gobierno se lo puede criticar por muchas, muchas cosas, pero no precisamente por querer sacar al estado de la anorexia en la que lo tuvieron sumergido durante tanto tiempo.
Literalidad del tacto
Hay sensaciones que son inconfundibles. Por ejemplo, yo podría identificar sin lugar a dudas, aun con los ojos vendados o a oscuras, el tacto suave y pegajoso, y la presión blanda, oscilante a causa del leve batir de unas alas desmesuradas para el tamaño del cuerpo, de las patas de una mariposa sobre mi dedo índice.
Ladran, Sánchez
La Central de Intriga Americana (CIA), basada en cierta información de vaya a saberse qué fuentes objetivas y desinteresadas (me guardo todas las comillas para más adelante), acaba de decretar que el nuestro es uno de los países que “podrían desestabilizarse” por la crisis. Me pregunto: ¿éste es el mismo organismo que no pudo prever la “desestabilización” de las Torres Gemelas, y, más cerca, del sistema financiero?
Los habitantes de ese benemérito país, ¿se creerán todo lo que dice la CIA? ¿Se sentirán respaldados, cuidados, mecidos, apapachados por este tipo de políticas?
Bush, como buen hijo de su papito, debe estar encantado con esta clase de informes. Y Obama, ¿qué dirá? Obama, te escucho.
Los habitantes de ese benemérito país, ¿se creerán todo lo que dice la CIA? ¿Se sentirán respaldados, cuidados, mecidos, apapachados por este tipo de políticas?
Bush, como buen hijo de su papito, debe estar encantado con esta clase de informes. Y Obama, ¿qué dirá? Obama, te escucho.
sábado, 21 de febrero de 2009
Atentado al pudor
Estaba tan distraído que salió con las neuronas al aire. Al principio no se dio cuenta, pero notaba algo inquietante a su alrededor. Como si lo mirasen más que de costumbre. Se pasó la mano por las quijadas. No, no se había olvidado de afeitarse. Con disimulo, inspeccionó los zapatos, las medias, los pantalones, la camisa. Con la excepción de alguna que otra arruga, estaba todo en su lugar. Entonces fue cuando sintió el aire fresco en esa zona privada, aquella que nunca debía mostrar en público, la que contenía eso tan íntimo que los demás no debían ver nunca sin su autorización. Abrumado por una vergüenza irreversible, se dio cuenta de que se le notaban todos los pensamientos.
viernes, 20 de febrero de 2009
Exabrupto
Me irritan las personas que, ante una afirmación con la que no están de acuerdo, dicen “A ver”. ¿Por qué no dicen, simplemente, “yo pienso de otra manera”? Ese “a ver” es como decir “voy a poner en el microscopio este pensamiento microbiano tuyo, y lo voy a analizar de una forma tan despiadada que no queden dudas, y si es necesario lo voy a diseccionar para que no quede nada de él, así no tengo que volver a verlo nunca más”.
Entropía de la pasión
Para gastar una pasión, especialmente si es del tipo de la que sale de un ser humano para dirigirse hacia otro, hacen falta muy pocos elementos. El más importante es el tiempo. Las moléculas de la pasión en su etapa inicial están que arden, pero a la vez completamente organizadas y empeñadas responsablemente en formar ese estado, muy modositas ellas, ordenadas en un conjunto primoroso que no deja lugar a dudas. Se las puede ver cantando mientras trabajan, yendo de aquí para allá pero todas juntas, en un grado de cohesión grupal que da gusto. Con el tiempo, algunas de esas moléculas se pierden en el camino. Pero hay tantas, que las demás ni siquiera se dan cuenta, y siguen en lo suyo. Tal vez empiecen a sentir un poco de frío, y se les ocurra que haciendo ejercicios puedan recuperar de nuevo el calor; pero no, la energía también ha huido, y tendrán que conformarse así durante un tiempo más. A medida que se cumplen las etapas, notan que están comenzando a desorganizarse un poco. Se tropiezan entre ellas, confunden los nombres, no saben muy bien qué hacer. Y están cada vez más cansadas, ya ni siquiera tienen ganas de barrer un poco. El polvo se acumula por todos los rincones, y un viento frío entra por las ventanas y las dispersa sin que puedan hacer demasiado. Son cada vez menos, ya se han dado cuenta. Algunas entusiastas todavía creen que podrán volver a encender el fuego en el hogar, pero los leños están húmedos y sólo consiguen un débil humito que, en lugar de calentarlas, les da tos. Hartas de tanta penuria, se acuestan a dormir sin saber que seguramente no despertarán. Queda una sola, la más tenaz, la última en ver la realidad. Sin advertir que sus compañeras se han marchado para siempre, intenta llamarlas por sus nombres. Prueba una y otra vez, pero es inútil: los ha olvidado.
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