martes, 8 de febrero de 2011
Benteveo
Por segunda vez en dos días, un benteveo aterriza en la superficie de vidrio de la mesa de mi terraza. Ignoro si es el mismo benteveo, pero hace las mismas cosas que ayer. La lluvia ha dejado unos goterones gruesos que quedan suspendidos por un buen rato en la parte inferior del borde del vidrio, y el benteveo parece querer interpretar esa imagen, darle sentido. Con la manera especial de mirar de los pájaros, inclina la cabeza hacia uno y otro lado, como si buscara su mejor ojo. De a ratos picotea el vidrio, tal vez con la esperanza de que eso que brilla y tiembla al borde del precipicio esté, en realidad, de su lado. Para poder seguir mirándolo detrás de la puerta acristalada sin espantarlo, yo permanezco inmóvil. No me ve; al estar quieta, me transformo en un mueble más. Fiel a la hipótesis de que el benteveo investiga las gotas, deseo que cambie el punto de mira. Ahora se desplaza con dificultad por el vidrio mojado, va hacia el otro extremo de la mesa, se sacude las plumas, grita, picotea. Finalmente, salta hacia una de las sillas, luego a otra, y emprende el vuelo de regreso al árbol. Ojalá se decida a volver a investigar más tarde, y ojalá yo esté ahí para verlo.
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2 comentarios:
Luisita:
¡Ese benteveo... es un cobarde!
No te aflijas: ya va a llegar uno más valiente, más... plumudo.
Abrazo
Ana Silvia
ese benteveo (lindo nombre para un ave, no se como se llama en españa) es un valiente, entro en tu universo, dejo que te fueras para que lo observas a tu gusto y se fue a ver mas.... seguro regresa es un exibicionista aparentando ser voayeur.
Le conoci esta mañana, escuchando la radio....me enamore.
Ignacio mor
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