A partir de la nueva ley de matrimonio civil, todos los argentinos estamos en condiciones de probar un poco del llamado “orgullo
gay”. Y para eso, en el día de hoy, no hace falta ser
gay: basta con ser del primer país de América Latina que permite casarse a las parejas de
homosexuales. Aplausos para los diputados y senadores de diferentes partidos políticos que votaron a favor.
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