domingo, 6 de julio de 2008

Pasaje

Allá, todo es más luminoso. Los bordes son suaves y redondeados. Se puede caminar sin tropezar, y hasta andar descalzos. No hay temor ni amenazas. De alguna manera, hay una fórmula que funciona y hace que todo permanezca en su sitio, sin temblores ni desmoronamientos. Pero allá todavía es muy lejos. Hay que atravesar paisajes difíciles, plagados de dudas y dificultades inesperadas. Por momentos, en el camino aparece una pequeñísima luz. Otras veces, la mayor parte del tiempo, todo es oscuro, húmedo y frío. Y sin embargo, nos empuja la convicción de que allá podremos afirmarnos y ser, por fin, como queríamos.

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