domingo, 8 de marzo de 2009
Elogio de la sensualidad
Hasta unos desabridos fideos tallarines pueden volverse gloriosos con un toque de pimienta y un chorrito de aceite. El sabor provocativo y sensual de la pimienta, ese viagra de las papilas gustativas, es pariente de otras sensaciones parecidas: la albahaca fresca, unas aceitunas carnosas, un queso bien estacionado, pimientos asados al fuego, el aroma de la carne asada a las brasas, una copa de cabernet sauvignon a la temperatura justa, buena música, el diario del domingo, la inminencia de la llegada de personas interesantes y queridas. Y no hay que ser ricos para disfrutar de estos placeres.
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